Pincha en el enlace para conocer la historia de un imán que se convirtió al cristianismo. Si deseas ser cristiano tengo que matarte, dijo su padre. Lee una parte de la entrevista:
¿Por qué has escogido deshonrarnos dándoles la mano a los cristianos?, le preguntó su padre cuando su conversión era ya inevitable. Mario Joseph le respondió que tenía la firme convicción de querer proclamar públicamente a Jesús.
La respuesta de su familia fue sacarle a la fuerza del lugar donde estaba cursando estudios bíblicos y llevarle contra su voluntad a casa y atarle de pies y manos. Le encerraron maniatado en una habitación vacía y le arrojaron polvo de chile en sus ojos, nariz y boca. Durante días le tuvieron en el cuarto sin darle agua ni comida. Muchos días después, Mario Joseph, que se sentía —cada día que pasaba— más cerca al sufrimiento de Cristo en la cruz, vio como su padre le soltaba las ataduras, le rapaba la cabeza y le bañaba.
«Si todavía deseas ser cristiano, entonces no tengo otra opción que matarte», le dijo su padre, que sostenía un largo cuchillo en la mano. Acto seguido, Mario Joseph gritó «¡Jesús!» y de inmediato vio como su padre se desplomaba en el suelo sacando espuma por la boca.
Fue cuando decidió huir para siempre. Pero el miedo le persiguió desde entonces y durante muchos años, aunque asegura que algún aura tendrá que haya conseguido protegerle durante tanto tiempo. En una ocasión, cuando predicaba por el sur de la India, vio pasmado un anuncio en un periódico donde se calumniaba su nombre por «haber vendido la religión musulmana por dinero» y se pedía su cabeza. Aquel día se dio cuenta de que, si hace falta, está dispuesto a morir por Jesucristo.
Encontré a Cristo en el Corán
