Hola, soy modelo y comencé a
experimentar los cambios en mi cuerpo, náuseas, mareos, sueño, cansancio… Me decía
a mi misma, "no puede ser". Cuando vi POSITIVE en esa prueba de
sangre me quise morir, grite y lloré hasta más no poder, no quería tener un
hijo, no lo quería, no podía tenerlo. Vi mi vida hecha pedazos, mis sueños
destrozados, mi carrera de modelo… Todo, todo había terminado, pero me puse a
buscar la "solución a mi problema".
Mis circunstancias personales son muy
concretas. Yo arrastraba un trauma anterior, ya que tuve un hijo a los 18 años.
Ese embarazo y maternidad prematura me hizo vivir una pesadilla, un verdadero
infierno por ser madre soltera en mi pueblo de la provincia de Toledo. Luego,
en el momento de volver a quedarme embarazada, reviví todo aquello y los
trágicos hechos se precipitaron. No tuve ningún tipo de ayuda y no sabía dónde
buscarla. Estaba sola en Madrid con un hijo pequeño, muy asustada y sin saber
dónde acudir. En la clínica abortista a la que fui, el psicólogo que debía atenderme
prácticamente no me atendió. La entrevista duró 10 minutos escasos, y lo único
que me dijo es que todo saldría muy bien, sin dolores, y que todo se acabaría.
Aún no había cumplido los 8 años y mis
padres me dijeron que mi hermano tenía el Síndrome de Down. Mi primera reacción
fue preguntar si se podía curar. En el momento en el que me contestaron que era
incurable, comencé a rezar para que Dios hiciera un milagro. Con el tiempo dejé
de rezar porque se curara y empecé a aceptar que sería siempre así. La gente,
cuando se entera, suele poner cara de sorpresa y de admiración a la vez, porque
no es algo que se vea todos los días. Sin embargo, casi todos te hacen la misma
pregunta: “¿Y cómo lo hacéis en casa?”. La respuesta es simple: José es uno
más. ¿Nos creemos con derecho a decidir qué vidas merecen ser vividas? A las
personas que defienden el aborto en casos de malformaciones o enfermedades del
feto las reto a mirar fijamente a la cara a uno de esos niños y a decirle: “Yo
estoy a favor de que se aborte por el único motivo de que alguien vaya a ser
como tú”. Porque es muy fácil hablar del aborto como algo abstracto, pero la
realidad es mirar a esas personas a la cara. El aborto eugenésico significa que
si alguien no es perfecto, entonces su vida no merece la pena ser vivida.